Directamente al sudeste del centro de Dublín se encuentra el moderno barrio de Ballsbridge, un vecindario del siglo XIX que hoy en día alberga diversas embajadas de la ciudad, así como los Royal Dublin Showgrounds y el Lansdowne Road Rugby Road. Los hoteles y los restaurantes de alta calidad de la zona y su proximidad al centro hacen de Ballsbridge, un lugar popular entre los turistas con dinero.
Al sudoeste de aquí está el castillo de Rathfarnham, de 1583 y en estado de restauración permanente. También en Rathfarnham hay un museo dedicado da Padraig Pearse, una de las más importantes y carismáticas figuras del nacionalismo irlandés.
Pearse fue profesor y líder del Levantamiento de Pascua de 1916, y el Pearse Museum se encuentra en las instalaciones del siglo XVIII donde estaba su innovadora escuela, St. Enda’s.
Cerca de Marlay Park hay uno de los espacios públicos más atractivos de Dublín y cada vez más popular para la celebración de conciertos al aire libre. Los amantes de las caminatas deben saber que la Wicklow Way empieza aquí.
Más al oeste, al pie de los montes de Dublín está Tallaght, una zona densamente poblada que hasta hace poco se encontraba vergonzosamente falta de equipamientos. Muchos residentes del centro de Dublín se trasladaron aquí a medida que la ciudad se aburguesaba y la rápida expansión de la zona dio lugar al sobrenombre de Tallaghtfornia.
Durante un tiempo se convirtió en sinónimo de delincuencia, drogas y pobreza, pero, aunque todavía se necesitan más inversiones, la zona ha mejorado de forma espectacular; hoy presume de un teatro nuevo, instalaciones deportivas mejoradas (incluyendo la llegada del club de fútbol Shamrock Rovers) y un próspero centro comercial.
Por último, en el sur de Dublín existen casi 1.400 hectáreas de parques públicos y espacios abiertos. En Tallaght, se puede visitar el Sean Walsh Memorial Park y el Tymon Park. Finalmente, merece la pena conocer el Corkagh Park en Clondalkin, más al sudoeste.
Foto vía Absolut Irlanda