La hípica, un icono irlandés

Los caballos son, desde antiguo, una de las grandes pasiones de los irlandeses. Según narra las leyendas celtas, uno de los pasatiempos preferidos de los nobles, siempre que no estuvieran guerreando, era probar su maestría con las riendas.  Asimismo, las ceremonias solemnes de las tribus finalizaban con la celebración de unos juegos en los que no podían faltar las carreras de caballos.

La «catedral» de la hípica irlandesa se encuentra en Curragh, en el condado de Kildare, un inmensa llanura verde donde montar a caballo es todo un placer muy complicado de explicar, pero digno de ser vivido en primera persona.

Desde los primeros siglos de la Era cristiana hasta hoy en día, se han venido celebrando carreras en esta localidad irlandesa. Hay registros escritos de los resultados de las carreras de Curragh dsede mediados del siglo XVIII.

Además, es la sede del Turf Club, organismo que desd el año 1790 se encarga de la organización de las carreras de caballos en toda la isla.

Por otro lado, las competiciones más importantes son la de las Dos y diez mil guineas, el Saint Leger, el Oaks y el Derby de Irlanda, dotado con casi medio millón de libras. El Derby irlandés es un fenómeno social comparable al británico de Epson, aunque, desde luego, bastante menos snob.

El otro acontecimiento hípico multitudinario del país es el Dublin Horse Show, organizado en Dublín por la Royal Society. Incluye el famoso concurso de salto Aga Khan.

En las llanuras de Kildare se encuentran la mayoría de las caballerizas irlandesas. La cría de caballos es una de las mayores fuentes de divisas de la República de Irlanda. El gobierno irlandés favorece esta «industria ecológica» mediante beneficios fiscales.

En definitiva, los caballos forman parte de Irlanda. El turista se dará cuenta de su importancia en todo momento mientras viaje por la isla.

Foto vía Hípica Internacional