Irlanda es un gran destino para disfrutar de las vacaciones de verano. El turista hallará naturaleza, paisajes cautivadores, monumentos históricos, pasado celta en una simbiosis perfecta con vanguardia y modernidad, festivales, música tradicional irlandesa, gastronomía y recorridos literarios. Ir a Irlanda en verano es todo un acierto.
En la capital, Dublín, el turista podrá retroceder hasta 1.000 años en el tiempo para ver la exposición Dublinia, un viaje interactivo para adentrarse en la ciudad vikinga en St. Michael’s Hill. También se podrá acudir a la catedral de la Santísima Trinidad, dar un paseo por Dame Street hasta el castillo de Dublín o bien visitar el Ayuntamiento para explorar la historia de Dublín a través de la exposición Story of the Capital.
Asimismo, habrá que sacar tiemp para acudir al Trinity College, donde se puede contemplar el libro de Kells, un manuscrito ilustrado del siglo IX que consta de cuatro evangelios en latín y considerado uno de los libros antiguos más bellos conservado.