A no ser que penséis permanecer algo más de tiempo para visitar los alrededorres, no alquiléis un coche. La circulación en Dublín se ha convertido en una pesadilla, el estacionamiento es casi imposible y las infracciones se castigan sin piedad. Además, los robos son frecuentes. Evitad también la bicicleta, a menos que os guste el riesgo.
Dado que la ciudad no es muy extensa y tiene escaso desnivel, optad por recorrerla a pie; será el mejor modo de descubrir las direcciones confidenciales. Los barrios comerciales más agradables se hallan reservados a los peatones.
Tres redes de transporte permiten recorrer Dublín: autobús, DART y tranvía. Elegid las fórmulas económicas que combinan distintos tipos de transporte en un solo billete.