Number 29, una sorpresa dublinesa

Number 29 está situada en 29 Lower Fitzwilliam Street. Se puede visitar de martes a sábado entre las 10.00 y las 17.00 hroras, y los domingos desde las 13.00 a las 17.00 horas. La entrada es de pago.

Eternamente renovada, esta vivienda burguesa, construida en 1794, pertenecía al principio a una familia de negociantes de vino. Hoy en día es un museo que nos sumerge en la vida cotidiana de una familia de la clase media entre 1790 y 1820.

Desde los sótanos hasta el desván, se ha pensado hasta en los más pequeños detalles para recrear un interior verdaderamenet georgiano: tapicerías, tapices, mobiliario, objetos delicados, pinturas y ornamentos se nos aparecen como si fueran signos externos de riqueza.

Tras un vídeo introductorio, la visita guiada (en inglés) empieza el sótano, parte reservada a las tareas materiales de los criados. Los señores de la casa nunca bajaban allí. Muy sobria, la cocina se organiza alrededor de la chimenea, una mesa y bufés donde, en la actualidad, reinan platos y utensilios olvidados.  La habitación vecina cumplía funciones de despensa. A fin de evitar hurtos por parte de los criados, la gobernanta custodiaba las llaves y dormía al lado.

Las estancias más refinadas son aquellas en las cuales los señores de la casa recibían a sus invitados. El comedor, en la planta baja, presenat un muy bello mobiliario así como exquisitas piezas de vajilla.

El salón del primer piso, con bellos ornamentos de estuco y una lámpara de cristal, refleja por su riqueza el rango de sus propietarios. En este pequeño salón contiguo era donde se recibía, por la tarde, para tomar el té o jugar a las cartas.

En la segunda planta se penetra en la esfera privada. En la habitación de los señores de la casa, destaca una silla agujereada y unos curiosos aparatos de entrenamiento para la equitación. Después, se visita el cuarto de baño y el camerino de la señora.

Por último, bajo la buhardilla, la habitación de los niños y la sala de juegos muestran una casa de muñecas y juguetes de época. En la habitación de la niñera se puede ver los marcos que esconden lecciones de moral.

Foto vía Aol Travel