Dublín es un derivado hiberno-normando de las voces irlandesas Dubh Linn, que significan literalmente ‘laguna negra’. Tradicionalmente en la caligrafía irlandesa, bh se escribía con un punto sobre la b, como Duḃ Linn o Duḃlinn. Los normandos de habla francesa quitaron este punto y deletrearon el nombre como Develyn o Dublin.
Esta laguna se mantuvo hasta el comienzo del siglo XVIII. Entonces, la expansión de la capital de Irlanda provocó su drenaje así como la canalización y soterramiento del río Liffey.
Hoy en día, en el sitio de la antigua se halla el parque Dubh Linn Gardens, detrás del Castillo de Dublín, en tanto que el curso bajo del Poddle discurre hasta el río Liffey por una moderna canalización subterránea.
Su nombre gaélico moderno «Baile Átha Cliath» significa «asentamiento del vado de cañizo» y su origen setá en un antiguo vado formado por paneles de caña y mimbre entrelazados (Áth Cliath), que cruzaba el río Liffey en un sitio cercano a la moderna estación de ferrocarriles de Heuston.
La voz gaélica «cliath» se traduce a menudo como «valla», interpretando la traducción al inglés como «hurdle». No obstante, sería más acertado la traducción como «cañizo».
El nombre de la ciudad ha sido escrito de esta manera desde 1368, fecha en la que aparece en los Anales de Ulster. Áth Cliath es el nombre de un sito que se refiere a un punto de vadeo del río Liffey en la estación Heuston, luego se aplicó el nombre a un monasterio cristiano que pudo estar ubicado en la zona de la calle Aungier, hoy en día ocupado por la iglesia carmelita de la calle Whitefriar. Además, el nombre gaélico de Dublín se abrevia como «BÁC» en ocasiones.
En resumen, ya sabemos mucho más de la etimología de Dublín. Así podremos viara a esta ciudad conociendo mucho mejor su historia.
Foto vía Sobre Irlanda