El arpa irlandesa, en gaélico «clarsach», tiene un origen medieval. Sale de un único molde de madera, delicadamente tallado, con hechura femenina. Fue duante siglos el instrumento que acompañó los momentos de entretenimiento de la nobleza irlandesa.
A finales del siglo XVIII, el arpa irlandesa cayó en desuso como instrumento musical, pero su imagen asume un gran valor simbólico: es adoptada como emblema por el primer movimiento independentistas irlandés, los United Irishmen.
Luego, la literatura romántica y el descubrimiento de la tradición gaélica contribuyeron rápidamente a reforzar el nexo simbólico entre el arpa y las aspiraciones del patriotismo irlandés.
Al instrumento musical se asocia la figura de Brian Ború (926-1014), héroe legendario celta al que la tradición atribuye el mérito de haber unificado, por primera vez en 1005, bajo un solo reino al pueblo irlandés, y haber expulsado de la isla a los vikingos invasores. Todo un hito en la historia de Irlanda.
La historiografía nacionalista del siglo XIX manipuló oportunamente el relato histórico: a una política centralista y unificadora se oponían numerosos soberanos locales que con este objetivo intentaron valerse de la alianza con los vikingos, pero que fueron derrotados en el año 1014.
Si esta batalla significó el fin de la presencia vikinga en la isla, sin embargo no resuelve (quizá también por la muerte en el campo de batalla del propio Brian Ború) el problema de las luchas intestinas entre los diversos clanes de Irlanda.
Hoy en día, el arpa irlandesa sigue teniendo un significado simbólico en el país, menos políticos e incluso más banal. Así, es el logo del producto nacional por excelencia de Irlanda, la cervez Guinness.
Por último, en la Long Room de la Old Library del Trinity College, ubicada en Dublín, se muestra la que se considera «arpa de Brian Ború». Se trata en realidad de un precioso ejemplar del siglo XV.
Foto vía Sobre Irlanda