En un viaje a Dublín, el turista puede querer disponer de un coche para moverse a su antojo por las calles de la capital de Irlanda, así como realizar excursiones por el resto del país. Ciertamente, el coche da más autonomía y libertad a la hora de organizarse.
Si se desea tener un coche en Dublín, la mejor opción pasa por alquilarlo. Llevar el coche propio no es nada fácil teniendo en cuenta que Irlanda es una isla, lo que provoca que se tenga que llegar en avión o barco.
Se aconseja alquilar un cohce con unlimited mileage. Hay varias agencias donde se puede llevar a cabo esta gestión, a saber:
- Argus Rent Car (59 Terenure Easta Road): Se puede alquilar un coche con kilometraje ilimitado a partir de tres días. Más de tres días, se obsequia con 100 millas gratis por día. En la temporada abaja, se recomienda reservar con tiempo.
- Atlas Car Rental (Aeropuerto de Dublín): Se encuentra en el mismo aeropuerto lo que permite salir de allí ya con un coche para el viajero.
Una vez que ya se tenga coche, comienza el reto de conducir por las carreteras irlandesas. La circulación en Dublín no siempre resulta fácil. Muchos sentidos únicos, lo cual supone todo un reto para los nuevos conductores; dublineses impacientes al volante; conductores de autobuses que se creen los amos; pocos lugares para aparcar por el centro de la capital.
El estacionamiento es un grave problema en Dublín. Existen dos soluciones, pero ambos tienen un coste económico. En primer lugar, se pueden usar los aparcamientos privados. Y otra posibilidad pasar por usafr las plazas libres de parquímetros.
Por otro lado, conviene no dejar nada de valor a la vista en el coche, sobre todo, cuando se aparque en lugares no vigilados. Los ladrones están al acecho y enseguida huelen a los turistas inexpertos.
Por lo demás, si uno sabe conducir no tendrá ningún problema para hacerlo por toda Irlanda. Incluso en varios trayectos disfrutará de la conducción dada la belleza natural de la isla.
Foto vía Dublin.es