Dublín no es un destino caro, pero siempre se puede disfrutar de sus encantos por poco dinero. Para empezar, el transporte puede ser muy barato, si no se tiene problema con hacer algo de ejercicio físico.
Así, la capital de Irlanda tiene una excelente red de alquiler de bicicletas, a un precio más que atrayente. Por solamente cinco euros se puede conseguir un billete de tres días para utilizar las bicicletas, y todos los viajes que duren menos de treinta minutos, desde que se coge la bici hasta que se deja en otra estación de la urbe, son gratuitos.