Dublín no es un destino caro, pero siempre se puede disfrutar de sus encantos por poco dinero. Para empezar, el transporte puede ser muy barato, si no se tiene problema con hacer algo de ejercicio físico.
Así, la capital de Irlanda tiene una excelente red de alquiler de bicicletas, a un precio más que atrayente. Por solamente cinco euros se puede conseguir un billete de tres días para utilizar las bicicletas, y todos los viajes que duren menos de treinta minutos, desde que se coge la bici hasta que se deja en otra estación de la urbe, son gratuitos.
Por la mañana, se pueden realizar actividades culturales. La oferta de museos gratuitos de Dublín es muy amplia. El Museo Irlandés de Arte Moderno, el Jardín Botánico, la Galería Nacional o el Museo Nacional de Historia Natural son un buen ejemplo de ello.
Si se quiere ir de compras sin gastar mucho, será mejor evitar Grafton Street, la calle comercial por excelencia de la capital irlandesa. Por el centro, hay varias tiendas de souvenirs, mucho más asequibles.
Para comer, Boojum, especializado en comida mexicana, es uno de los restaurantes de Dublín más concurridos. Un buen precio y una comida excelente hacen que sea el favorito de muchos locales y otros tantos turistas. Otra opcion es Viva, un bar de tapas a la española que ofrece menús desde ocho euros.
Por la tarde, se puede visitar un icono dublinés como el Trinity College, la universidad de Dublín. La entrada es gratuita, si bien entrar a su sublime biblioteca cuesta 10 euros. Asimismo, mere la pena visitar La Custom House, a orillas del río Liffey.
También se recomienda visitar el Castillo de Dublín por apenas 4,50 euros. En su interior, se alberga la Chester Beatty Library, una magnífica colección de textos, manuscritos, pinturas e imágenes antiguas, de entrada gratuita. Y, cómo no, hay que vistar la catedral de la Santísima Trinidad y la catedral de San Patricio, por 6 y 5,50 euros respectivamente.
Luego, se puede descansar en varias zonas verdes de Dublín como las cascadas del Iveagh Gardens, el lago de St. Stephen’s Green o Phoenix Park, uno de los jardines urbanos más grandes de toda Europa.
Por último, el día se puede cerrar en el barrio del Temple Bar. Sede de los mejores pubs irlandeses, se puede disfrutar del ambiente nocturno de la ciudad. Por unos euros, se podrá saborear la célebre Guinness.
Foto vía Euroescapadas