Dublín no es una ciudad caótica ni ruidosa, si la comparamos con otras grandes urbes europeas. Su herencia medieval se mezcla con la modernidad, que la otorga sus neuvas construcciones y las importantes empresas de alta tecnología. En la capital de Irlanda, el turista puede hacer numerosas cosas durante su estancia.
En primer lugar, hay que disfrutar una cerveza Guinness. La popular cerveza negra irlandesa ha dado la vuelta al mundo desde que se comenzará a elaborar en 1759 y es uno de los emblemas de la ciudad. Una visita a Dublín no está completa sino se acude a la Guinness Storehouse, una de las atracciones más populares del país.